Cañones ibéricos con paredones, coníferas y matorrales

El gran dominio paisajístico "Cañones ibéricos con paredones, coníferas y matorrales" se localiza sobre el dominio Montaña media calcárea ibérica matorralizada con coníferas y secanos, aunque puntualmente también se puede encontrar sobre Piedemontes con secanos y cultivos en mosaico. Los cañones más significativos son los de las comarcas de Gúdar-Javalambre y Maestrazgo, no obstante, también se encuentran en la Sierra de Albarracín, en el sudeste de Matarraña/Matarranya, al suroeste de la Comunidad de Calatayud y en la zona del río Mesa. Se trata de un dominio muy fragmentado por su propia naturaleza, al estar muy ceñidos a tramos concretos de ríos. Se localiza en diversos tramos de curos fluviales de la margen derecha del río Ebro, ocupando una extensión de 80,28 km2, lo cual, supone un 0,17 % del territorio aragonés. Se enmarca dentro de las comarcas de Bajo Aragón, Bajo Martín, Campo de Belchite, Campo de Daroca, Comunidad de Calatayud, Comunidad de Teruel, Cuencas Mineras, Gúdar-Javalambre, Maestrazgo, Matarraña/Matarranya y Sierra de Albarracín.

Se trata de un paisaje de estrechos o cañones fluviokársticos que presenta un rango altitudinal amplio que varía desde los 360 m hasta más de los 1.800 m, en espacios de la Sierra de Gúdar. La altitud media de este dominio está en torno a 1.100 m. Los principales cursos fluviales que generan estas morfologías propias de los cañones fluviokársticos son el río Cantavieja y el Guadalope en el tramo alto en la comarca del Maestrazgo; el Guadalaviar y Ebrón, en la Sierra de Albarracín; el Arcos y Linares-Villahermosa, en Gúdar-Javalambre; Prados; Pena; Baco; Matarraña y Ulldemó, en la comarca del Matarraña/Matarranya; el Mesa y el Piedra, en la comarca Comunidad de Calatayud; y el Aguas Vivas, en la comarca campo de Belchite, en Almonacid de la Cuba.

Este dominio se relaciona con afloramientos de rocas carbonatadas karstificables entre las que se encuentran: calizas, dolomías, margas solubles e incluso conglomerados de naturaleza carbonatada. Estos espacios de gran belleza y atractivo paisajístico se han generado y se modelan actualmente, en su mayor parte, por la acción erosiva de los diversos cursos fluviales en los que se instalan, aunque en ocasiones se adaptan a pliegues (como es el caso del Maestrazgo).

El paisaje se resuelve en laderas con taludes de fuerte pendiente y tramos escarpados y karstificados en los que se pueden observar fuertes contrastes litológicos, en aquellos espacios en los que aflora el sustrato rocoso.

Estos relieves están cubiertos en gran medida por bosques de coníferas, matorrales esclerófilos y matorral boscoso de transición. Es decir, es un paisaje de gran valor, adaptado a las condiciones climáticas específicas que los propios desniveles y paredones generan. Son paisajes que albergan núcleos de población de escasa entidad debido a lo limitado de las zonas llanas y aptas para su instalación, o para su uso como terrenos de cultivo.